El tiempo está pasando demasiado rápido.
De pensar que se me iba a hacer eterno, de que echo todo muchísimo de menos, de que me iba a perder muchísimas cosas, de que todo iba a cambiar y yo no iba a estar allí para presenciarlo...
He pasado a estar intentando aprovechar cada segundo, cada momento, cada respiración y cada experiencia. Estoy disfrutando como una niña pequeña de los pequeños detalles y me han enseñado a vivirlos como las grandes cosas que provocan un cambio. Todo gracias a una persona que pensaba que sería competitiva y que nos ibamos a estar peleando a todas horas y no, no ha sido así. Me ha enseñado a vivir cada segundo como si fuera el último, a sentir que todo importa y que todo va a dejar huella en nuestra vida, pero lo que no sabe es que ella es la que más huella ha dejado en mi año aquí.
He conocido a una amiga, a una madre, a una hija, a una hermana, hasta a mí misma me he visto en ella. Se ha convertido en mi mejor amiga y mi hermana en tan sólo unos meses. Ella es la que me ha animado en todo momento a seguir en pie cuando he pasado uno de los momentos más complicados del año, ella es la que me ha mantenido arriba cuando más ganas de hundirme tenía.
No hay palabras para describir todo lo que hemos pasado juntas, desde el primer día que la conocí que no pensé que fuese a ser buena amiga hasta hoy día que es mi hermana, que conoce todo de mí, que sabe qué voy a decir antes de que lo diga, que sabe cómo voy a reaccionar antes de que lo haga, aquella que se que estará siempre y que yo estaré para ella.
He conocido a muchísimas personas junto a ella, aunque yo me acuerde de todo el mundo y ella de nadie, hemos hecho amistades juntas y por separado, pero aunque no lo sepa, ella para mí siempre ha sido la más importante. Después de todas las peleas, llantos y sobre todo risas juntas, creo que no sabe todavía lo grande que es para mí.
Las amistades nunca son fáciles. No hay una persona que encaje al 100% con otra y si lo hace, por el hecho de ser iguales chocaran. Este no es nuestro caso, somos muy diferentes pero como siempre digo, complementarias. Nosotras hemos chocado mil veces y probablemente lo hagamos mil una más pero nunca vamos a olvidarnos la una de la otra. Le debo mi año casi completo a ella, a su locura, a sus ganas de vivir, a su risa, a sus 15 mil pasos por delante, a su cabezonería, a su hambre, a su sinceridad, a su sonrisa y a todo aquello que solo ella y yo sabemos.
325 días juntas.
325 marcas en el corazón que jamás voy a poder olvidar.
325 experiencias.
325 partes de mi corazón que han formado una vida.
Formas parte de mi vida y siempre lo vas a hacer.
Gracias.
Gracias por haber aparecido en mi intercambio y por ser parte de la vida que construímos aquí. Gracias por enseñarme tal cantidad de cosas que solo tú y yo sabemos.
Gracias por las charlas, por los llantos, por las risas, por las horas aprendiendo español y sobre todo argentino.
Gracias por los planes de futuro.
Gracias por hacernos parte de las estrellas.
Gracias por ser mi mejor amiga.
Gracias por ser mi hermana.
Gracias por hacerme vivir Finlandia.
Pero sobre todo, gracias por enseñarme que hay que aprovechar los momentos hasta el último segundo, con una sonrisa porque estos terminan y no vuelven y por último gracias por hacerme ver que lo malo no es tan malo y que lo bueno, puede ser mejor.
Te quiero boluda, te quiero muchísimo.
Por supuesto esto no es una despedida.
Nos vemos pronto.