domingo, 29 de diciembre de 2019

Una nochebuena más (?)

Mientras te miraba rezaba una y otra vez para que ese momento no terminara. 
Había planeado muchas veces el momento en el que volviera a verte y a hablar contigo, pero como era de esperar nada salió como pensaba. Con una copa de más de las que me gustarían terminé la conversación siendo más sincera de lo que creo que te gustaría. No soy nadie para recordarte todo lo malo que pasaste a mi lado pero me encanta recordar todo lo bueno que pasamos juntos. 

Se que no me merezco el tenerte cerca, ni siquiera como amigo, pero que no sea así me está haciendo más daño del que nunca pude imaginar. 

Te vi de lejos y empecé a buscar la oportunidad para acercarme a tí, momentos más tarde cuando vi a tus amigos mi corazón se aceleró y por fin, tras uno de ellos te vi. Después de saludar a mis amigas llegué yo y no me paré a pensar si te apetecería hablar conmigo pero mi necesidad de tenerte cerca unos minutos aumentaba de manera exponencial. Te saludé y me puse como un flan. Hablamos de muchas cosas, ya no sabía por qué más preguntarte para seguir hablando contigo y poder recordar tu olor durante el mayor tiempo posible pero nunca es suficiente para hacerte recordar el mío. Te abracé y como he dicho te fui sincera, he dejado de mentir y de esconderme pero no soy nadie para forzar algo que no está en mi mano, sabes donde estoy y solo me hace falta una mínima muestra de lo que piensas sobre mí para luchar hasta el final o hacerme a la idea de que ya nunca más. Para mí será suficiente el poder hablar de vez en cuando y si te apetece una cerveza (como la que todavía te sigo debiendo). Me conformo con eso porque soy consciente de que la MJ de antes no se merece más, aunque me gustaría que me permitieras presentarse a la nueva. Mientras espero, contemplo las opciones que tengo y hablo con mi familia sobre ello. Desde que Marta no está y me separé de todos ellos las cosas van a peor, cuando creo que he encontrado mi sitio y que soy feliz, aparece algo para recordarme que nunca voy a volver a sentirme tan sumamente bien que cuando entraste en mi vida por la puerta de aquella biblioteca. 

Volví y recordé todos y cada uno de los momentos que vivimos entre aquellos libros, subí a la azotea y volví a escuchar las canciones que metiste en aquellos CDs, tengo la imagen guardada en mi cabeza de todos los posits en la escalera, de aquella rosa roja entre tus manos y ambos están a buen recaudo en una caja que siempre abro cuando vuelvo a casa. Recuerdo el concierto lo que llegamos a volar aquel día, el libro de poemas y una canción desesperada que ya no es poesía sin nosotros, mi libro favorito en el buzón de casa y aquella carta que cada noche vuelvo a leer para recordarte una vez más... 

Y después recuerdo todo el daño que te hice. No puedo arrepentirme más de cada lágrima que te hice derramar aquella noche y todas las siguientes que yo no vi. Si pudiera volver el tiempo atrás te diría tantas cosas que nunca fui capaz de atreverme a decirte... Todos y cada uno de los problemas que me han sucedido después de nosotros me han enseñado que no puedo volver atrás y arreglar mis errores pero sí puedo empezar a ser quien quiero ser, puedo intentar ser feliz con todas y cada una de las pequeñas cosas que me rodean y que si te apetece me gustaría enseñarte. Me gustaría ayudarte a recordar que como siempre te he dicho, las cosas buenas nunca cambian y las malas siempre pueden cambiar a mejor. No te pido ni prometo nada porque eso ya forma parte del pasado de aquella inmadurez que algún día me invadió, solo te escribo para recordarte que sigo, estoy y espero aquí. 

Como las cosas buenas nunca cambian, 
nuestros siempres nunca tuvieron fecha de caducidad. 

Recuérdame. 

domingo, 1 de diciembre de 2019

A veces con la verdad sin adornar basta.

Te pienso desde el día que te deje marchar, desde la última vez que rocé tus labios. Tendría que haberte vuelto a besar o decirte que te quedaras un minuto más.
Te echo de menos. 

miércoles, 27 de noviembre de 2019

It doesn't expire.

8 borradores y 2306 palabras después me encuentro delante de mi teclado pensando si debo olvidarte o volver a recordarte una vez más. 


He intentado olvidarte, con todas mis fuerzas, lo prometo. He intentado perderte la pista, porque de vista ya lo había hecho, pero para ello tenía que seguirla a ver dónde podría perderla. Últimamente ni me explico ni dejo de explicarme cómo soy tan capaz de ser tan bonita y tan gilipollas a veces. Llevo intentando perderte la pista desde hace 3 años, y no sé cómo lo hago que tanto intento no encontrarte que me encuentro buscándote. 



He escrito y no enviado tantos mensajes cada día que ya he perdido la cuenta. El último que envié recibí una respuesta que no quería aunque la esperaba, me alegré por tí, pero no por mí ya que sin ti todo es más difícil. 
La última conversación que tuvimos frente a frente me dijiste que te habías vuelto a enamorar y me volví a romper un poquito más. Obviamente mi corazón se acorazó en un segundo y te dijo que me alegraba muchísimo por aquello, qué pena que pudieses ser feliz sin mí, cuando yo sin tí ni siquiera era. Te hice creer que sí, te hice creer que no recordaba Londres, ni París, ni a la pequeña de ricitos morenos. Y te despediste de mí sin más, como si no importase que probablemente tardaríamos años en vernos. Hoy he vuelto a encontrarme buscándote, he vuelto a mirarme en el espejo y me he descubierto recordándote abrazando tus brazos a mi espalda. No recuerdo la última vez que dejé de pensar en tí. Pero sí recuerdo la última vez que te hice creer que ya no pensaba en tí. Fui capaz incluso de tapar mi corazón con un amor que yo sabía que no lo era, pero dispuestos a aferrarnos, ¿por qué no cualquiera?

Te echaba tanto de menos que esperaba que aparecieras por aquella puerta de aquel salón de actos, que me dijeras que te morías por ver bailar a tu bailarina y que daba igual lo que pasara después, que estando juntos todo se arreglaría. Lloré. Aquel día lloré tanto que salí a bailar con los ojos hinchados. Hice un solo que te dediqué a tí pero que nunca verás, me hice fotos con lo más importante de mi vida, pero siempre faltarás tú y salí corriendo. 

Ese mismo verano me fui lejos pensando que podría dejar a 4.000 km todos y cada uno de los errores que había cometido en el pasado pero no fui capaz hasta que entendí que allá donde yo vaya vendrán conmigo. Porque son parte de mí, algunas veces me gusta creer que convivo con ellos y que los acepto, pero a veces es tan complicado mantenerlos a un lado que aparecen para tumbarme y presionarme el pecho. 

Te escribo de nuevo para que, aunque sea egoísta, me recuerdes un poco. Para que sepas que aunque esté lejos no me voy, que espero verte pronto y verte feliz aunque no sea conmigo. Ojalá pudiese enmendar todos mis errores; Ojalá la presión que te provoqué a tí en el pecho se quede conmigo siempre y no vuelva a visitarte nunca; Ojalá vuelvas a verme bailar y por último, ojalá algún día puedas perdonarme y me recuerdes con todo el amor que yo todavía te tengo. 

Nuestro siempre, no tiene fecha de caducidad. 

Siempre me dijiste que era poesía pero no sabías que juntos lo éramos y que sin ti, no soy. 

Nº de palabras: 23 06

Mistakes.

Una vez alguien me dijo que cada entrada es un sentimiento de un determinado momento, y por ello las borra cuando ya no lo siente.

Pero en mi opinión cada una de esas entradas tiene fecha, hora, nombre y apellidos y alguna persona a la cual va dirigida. Lea o no, dicho texto, está escrito para ella y ha formado o está formando parte de tu vida.
 Por esa misma razón no es mi caso. Las dejo ahí porque son parte de mi vida, son parte de mi, de más tarde o más temprano pero mías.

Cada una de esas palabras es parte de mi pasado, bueno o malo, lo es. Debería de haber elegido en algunas situaciones palabras diferentes que probablemente hubieran hecho menos daño a las personas que tenía a mi alrededor y que no me hubieran provocado perderlas, pero a lo hecho, pecho.
Antes no era capaz de admitir mis errores, escribir sobre ellos y de vez en cuando releerlos para no volverlos a cometer. Cada uno de ellos me han hecho ser quien hoy soy, mi camino y el lugar donde he llegado. Por eso cada palabra que escribo, sale de mi corazón, a lo mejor dichas demasiado tarde o salen desbocadas (no siendo el mejor momento para hacerlo), pero a lo hecho, pecho.

No sé si es una parte positiva o negativa que no quiera deshacerme de ellas. Pero yo considero que es una virtud el no arrepentirse de nada de lo que he hecho en mi vida porque en cada momento lo he hecho por algo, por alguien o por alguna razón. He aprendido muchísimo de todas y cada una de las personas que han pasado por mi vida y espero haberles aportado algo bueno o malo a ellas. Bueno para aplicárselo y malo para aprender a conocer antes de acercarse a alguien.

Pido perdón a todas esas personas que he fallado o hecho daño, estoy intentando ser la mejor versión de mí misma para que en algún momento de mi vida, las personas que formen parte de ella se sientan afortunadas de tenerme con ellas.

Doy las gracias a todas las personas que se han cruzado por mi camino, por cada palabra siendo sincera o no me ha aportado algo que me ha llevado a ser lo que hoy soy. Mejor o peor, soy.

Hacía tiempo que no publicaba nada porque escribir escribo siempre, pero hay veces que de tanto pensar, no hacemos las cosas porque siempre tendrán un pero o algo que te retenga. Nunca es perfecto, siempre falta algo que pueda hacerlo mejor. Pero de eso se trata, de ensayo y error, de cometerlos, remendarlos y sobre todo de aprender de ellos y comprender que no se termina el mundo porque alguien se vaya de nuestra vida o porque alguien crea que no somos suficientes para ellos.
El proceso de creación de una persona es muy largo, ahora mismo mis altibajos son tales que en un momento puedo pensar que soy la persona más feliz del mundo y en otro que no sirvo para nada. De eso se trata, de reír, llorar y conocernos un poco más. No depender de nadie, simplemente de ti mismo, porque eres con la única persona que vas a pasar el resto de tu vida. Y si no me quiero yo, ¿quién va a hacerlo?

Es muy fácil decirlo y muy tortuoso el camino para conseguirlo.

miércoles, 2 de enero de 2019

''Fix me''

Recuerdo aquella(s) vez(ces) que te rompí.

Las recuerdo como si fueran ayer. Las lleva mi conciencia clavada y no las deja ir, ni nunca lo hará. Recuerdo el momento en el que te convencí de que no íbamos a ningún lado, de que te estaba haciendo más daño del que podías permitir pero también recuerdo que eres el único que siempre me ha conocido de verdad.

Tengo guardada la entrada que escribiste en ese blog de koala, ese que desapareció cuando te empujé para que te alejaras de todo el daño que te estaba haciendo y me escribiste las palabras más dulces y más amargas que nadie me ha dicho jamás. Me las merecía. Me merecía que todo el daño que te hice me fuese devuelto, que toda la inmadurez que coseché durante esos años me pegase una bofetada de conciencia cuando conté las veces que pensaba en tí y me di cuenta de que nunca dejé de hacerlo.
Siempre fuiste la persona a la que me moría por contarle las cosas. Aquella a la que me moría porque viniese a visitarme en un año tan duro como fue aquel lejos de casa. Necesitaba que vinieses y me abrieras los ojos como siempre hiciste. Me temía perderte y aquí me tienes dos años después de la ruptura, rota, desecha y deseando encontrarte en el sitio de siempre, con la misma música, con tu sonrisa y con aquella voz con la que te dije un día que ya no provocaba nada en mí. Qué ilusa. Desde aquel día no he parado de volver a escuchar una y otra vez esos audios que me enviabas. No he parado de recordar todas y cada una de las llamadas que me volcaban el corazón solo con ver unas letras en la pantalla del móvil para después pulsar el botón verde y escucharte de nuevo.
No sabía lo que iba a pasar después de todo. Pero tú sí. Lo sabías desde el principio y no quise escucharte, no quise darte la razón sabiendo que la tenías. No quise darme cuenta de que si te perdía estaría perdida. Que iba a pasar sin ti el año más duro que he vivido y el más intenso a la vez, espero que nunca olvidaras que todas aquellas cosas que me pasaban, te las contaba en sueños porque yo sí que soñaba despierta. Pensé que iba a conseguirlo, que simplemente iban a ser unos días de bajón, o unos meses, me autoconvencí de que pasaría, de que quedaríamos en el olvido. Pero algo que no muere no puede llegar a ser olvidado.

Un año después volví a buscarte y un 23 de Junio en San Juan, tu ojito derecho me dijo que te había roto una vez más cosa que no merecías. Poco más tarde te vi pasar por la clínica, como es obvio me faltó tiempo para salir corriendo a saludarte y me enteré de que te ibas. Me alegré como nunca lo había hecho en mi vida por nadie, sabía lo que habías luchado por ello y no te podía decir algo que yo había estado sintiendo para tú cambiar tu parecer, no podía permitirlo. Por ello no paré de repetirte que iba a ser el mejor año de tu vida, porque deseaba que lo fuese para tí y no cometieras el mismo error que yo tirando casi por la borda tres meses de lo que iba a ser el mejor año de mi vida. Desde el principio habías estado luchando por algo que era tu sueño y no sabes lo feliz que me hace verte completar tus metas, aquellas por las que tanto has aguantado para llegar al final. Me hubiera encantado estar en la posición en la que tu estabas cuando descubrí que efectivamente me iba a Finlandia, me hubiera encantado que hubiese sido la primera persona a la que corrieses a contárselo, pero no me lo merecía y lo sé. Tenía que despedirme de ti como fuera. Tenía que decirte lo que te echaba de menos, que no quería que te alejaras de mí, que quería retomar aquello que nos hizo felices y yo rompí o al menos remediar que me odiaras pero sabía que ese lugar ya no era mío. Que era el momento de que otra persona te hiciera sentir como un día te sentiste conmigo.
En el fondo no quería saberlo pero necesitaba saber si había la más remota posibilidad de que quedase algo en tí de mí, aunque fuese el simple recuerdo. Y me di cuenta de que no, que me habías superado y que me tenías guardada en ese cajón donde los vales nos esperan, donde la poesía espera a su poeta y donde ese profe de natación y de autoescuela nos espera impaciente. Ya no habrán mas tardes de verano en mi piscina o en la tuya, ni más noches durmiendo juntos, ni más reencuentros, ni más reconciliaciones...

Necesitaba preguntarte si en efecto estaba siendo el mejor año de tu vida y obviamente es así, con tus ganas de volver aunque se te vaya mucha gente hay otra que sigue. Me alegré mucho por ello pero lo que más necesitaba de ti era saber si me recordabas y lo haces, pero no volverías atrás cosa que yo he hecho incontables veces desde que te dejé ir pero esta última conversación nuestra ha sido liberadora. Sabía que seguías siendo tú sin mi y supe que yo podía ser sin tí, que no era el fin del mundo y que me queda mucho por delante. Te dije para variar que no había encontrado mi sitio porque de verdad aún no lo he hecho pero lo haré, te lo prometo, se que lo conseguiré algún día aunque me cueste el trabajo que me cueste. Esa noche después de tí puedo decir que me liberé, que el nuevo año no ha empezado tan mal como lo esperaba y que tengo mucha gente a mi alrededor que se que van a permanecer como la familia que son (elegida o no). Tras verte tan bien nadie se imagina lo que me alegré por ti y porque estuvieras consiguiendo por lo que tanto habías y estabas luchando. El viajar, el Erasmus, el idioma, la gente...
Hoy puedo decir que soy yo sin tí, que estás como un bonito recuerdo al que ya no necesito volver para echarte de menos. Siempre querré volver a verte y nunca te voy a negar una cerveza de esas tantas que me debes pero eres una parte de mí que ha quedado en el pasado, eres un bonito recuerdo y siempre lo vas a ser.

Gracias por ser tú, por enseñarme tantísimas cosas y recordarme que puedo ser poesía y poeta al mismo tiempo,
mi poesía
mi poeta
muy mía.

Gracias y Feliz año nuevo
2019.