miércoles, 27 de noviembre de 2019

It doesn't expire.

8 borradores y 2306 palabras después me encuentro delante de mi teclado pensando si debo olvidarte o volver a recordarte una vez más. 


He intentado olvidarte, con todas mis fuerzas, lo prometo. He intentado perderte la pista, porque de vista ya lo había hecho, pero para ello tenía que seguirla a ver dónde podría perderla. Últimamente ni me explico ni dejo de explicarme cómo soy tan capaz de ser tan bonita y tan gilipollas a veces. Llevo intentando perderte la pista desde hace 3 años, y no sé cómo lo hago que tanto intento no encontrarte que me encuentro buscándote. 



He escrito y no enviado tantos mensajes cada día que ya he perdido la cuenta. El último que envié recibí una respuesta que no quería aunque la esperaba, me alegré por tí, pero no por mí ya que sin ti todo es más difícil. 
La última conversación que tuvimos frente a frente me dijiste que te habías vuelto a enamorar y me volví a romper un poquito más. Obviamente mi corazón se acorazó en un segundo y te dijo que me alegraba muchísimo por aquello, qué pena que pudieses ser feliz sin mí, cuando yo sin tí ni siquiera era. Te hice creer que sí, te hice creer que no recordaba Londres, ni París, ni a la pequeña de ricitos morenos. Y te despediste de mí sin más, como si no importase que probablemente tardaríamos años en vernos. Hoy he vuelto a encontrarme buscándote, he vuelto a mirarme en el espejo y me he descubierto recordándote abrazando tus brazos a mi espalda. No recuerdo la última vez que dejé de pensar en tí. Pero sí recuerdo la última vez que te hice creer que ya no pensaba en tí. Fui capaz incluso de tapar mi corazón con un amor que yo sabía que no lo era, pero dispuestos a aferrarnos, ¿por qué no cualquiera?

Te echaba tanto de menos que esperaba que aparecieras por aquella puerta de aquel salón de actos, que me dijeras que te morías por ver bailar a tu bailarina y que daba igual lo que pasara después, que estando juntos todo se arreglaría. Lloré. Aquel día lloré tanto que salí a bailar con los ojos hinchados. Hice un solo que te dediqué a tí pero que nunca verás, me hice fotos con lo más importante de mi vida, pero siempre faltarás tú y salí corriendo. 

Ese mismo verano me fui lejos pensando que podría dejar a 4.000 km todos y cada uno de los errores que había cometido en el pasado pero no fui capaz hasta que entendí que allá donde yo vaya vendrán conmigo. Porque son parte de mí, algunas veces me gusta creer que convivo con ellos y que los acepto, pero a veces es tan complicado mantenerlos a un lado que aparecen para tumbarme y presionarme el pecho. 

Te escribo de nuevo para que, aunque sea egoísta, me recuerdes un poco. Para que sepas que aunque esté lejos no me voy, que espero verte pronto y verte feliz aunque no sea conmigo. Ojalá pudiese enmendar todos mis errores; Ojalá la presión que te provoqué a tí en el pecho se quede conmigo siempre y no vuelva a visitarte nunca; Ojalá vuelvas a verme bailar y por último, ojalá algún día puedas perdonarme y me recuerdes con todo el amor que yo todavía te tengo. 

Nuestro siempre, no tiene fecha de caducidad. 

Siempre me dijiste que era poesía pero no sabías que juntos lo éramos y que sin ti, no soy. 

Nº de palabras: 23 06

Mistakes.

Una vez alguien me dijo que cada entrada es un sentimiento de un determinado momento, y por ello las borra cuando ya no lo siente.

Pero en mi opinión cada una de esas entradas tiene fecha, hora, nombre y apellidos y alguna persona a la cual va dirigida. Lea o no, dicho texto, está escrito para ella y ha formado o está formando parte de tu vida.
 Por esa misma razón no es mi caso. Las dejo ahí porque son parte de mi vida, son parte de mi, de más tarde o más temprano pero mías.

Cada una de esas palabras es parte de mi pasado, bueno o malo, lo es. Debería de haber elegido en algunas situaciones palabras diferentes que probablemente hubieran hecho menos daño a las personas que tenía a mi alrededor y que no me hubieran provocado perderlas, pero a lo hecho, pecho.
Antes no era capaz de admitir mis errores, escribir sobre ellos y de vez en cuando releerlos para no volverlos a cometer. Cada uno de ellos me han hecho ser quien hoy soy, mi camino y el lugar donde he llegado. Por eso cada palabra que escribo, sale de mi corazón, a lo mejor dichas demasiado tarde o salen desbocadas (no siendo el mejor momento para hacerlo), pero a lo hecho, pecho.

No sé si es una parte positiva o negativa que no quiera deshacerme de ellas. Pero yo considero que es una virtud el no arrepentirse de nada de lo que he hecho en mi vida porque en cada momento lo he hecho por algo, por alguien o por alguna razón. He aprendido muchísimo de todas y cada una de las personas que han pasado por mi vida y espero haberles aportado algo bueno o malo a ellas. Bueno para aplicárselo y malo para aprender a conocer antes de acercarse a alguien.

Pido perdón a todas esas personas que he fallado o hecho daño, estoy intentando ser la mejor versión de mí misma para que en algún momento de mi vida, las personas que formen parte de ella se sientan afortunadas de tenerme con ellas.

Doy las gracias a todas las personas que se han cruzado por mi camino, por cada palabra siendo sincera o no me ha aportado algo que me ha llevado a ser lo que hoy soy. Mejor o peor, soy.

Hacía tiempo que no publicaba nada porque escribir escribo siempre, pero hay veces que de tanto pensar, no hacemos las cosas porque siempre tendrán un pero o algo que te retenga. Nunca es perfecto, siempre falta algo que pueda hacerlo mejor. Pero de eso se trata, de ensayo y error, de cometerlos, remendarlos y sobre todo de aprender de ellos y comprender que no se termina el mundo porque alguien se vaya de nuestra vida o porque alguien crea que no somos suficientes para ellos.
El proceso de creación de una persona es muy largo, ahora mismo mis altibajos son tales que en un momento puedo pensar que soy la persona más feliz del mundo y en otro que no sirvo para nada. De eso se trata, de reír, llorar y conocernos un poco más. No depender de nadie, simplemente de ti mismo, porque eres con la única persona que vas a pasar el resto de tu vida. Y si no me quiero yo, ¿quién va a hacerlo?

Es muy fácil decirlo y muy tortuoso el camino para conseguirlo.