8 borradores y 2306 palabras después me encuentro delante de mi teclado pensando si debo olvidarte o volver a recordarte una vez más.
He intentado olvidarte, con todas mis fuerzas, lo prometo. He intentado perderte la pista, porque de vista ya lo había hecho, pero para ello tenía que seguirla a ver dónde podría perderla. Últimamente ni me explico ni dejo de explicarme cómo soy tan capaz de ser tan bonita y tan gilipollas a veces. Llevo intentando perderte la pista desde hace 3 años, y no sé cómo lo hago que tanto intento no encontrarte que me encuentro buscándote.
He escrito y no enviado tantos mensajes cada día que ya he perdido la cuenta. El último que envié recibí una respuesta que no quería aunque la esperaba, me alegré por tí, pero no por mí ya que sin ti todo es más difícil.
La última conversación que tuvimos frente a frente me dijiste que te habías vuelto a enamorar y me volví a romper un poquito más. Obviamente mi corazón se acorazó en un segundo y te dijo que me alegraba muchísimo por aquello, qué pena que pudieses ser feliz sin mí, cuando yo sin tí ni siquiera era. Te hice creer que sí, te hice creer que no recordaba Londres, ni París, ni a la pequeña de ricitos morenos. Y te despediste de mí sin más, como si no importase que probablemente tardaríamos años en vernos. Hoy he vuelto a encontrarme buscándote, he vuelto a mirarme en el espejo y me he descubierto recordándote abrazando tus brazos a mi espalda. No recuerdo la última vez que dejé de pensar en tí. Pero sí recuerdo la última vez que te hice creer que ya no pensaba en tí. Fui capaz incluso de tapar mi corazón con un amor que yo sabía que no lo era, pero dispuestos a aferrarnos, ¿por qué no cualquiera?
Te echaba tanto de menos que esperaba que aparecieras por aquella puerta de aquel salón de actos, que me dijeras que te morías por ver bailar a tu bailarina y que daba igual lo que pasara después, que estando juntos todo se arreglaría. Lloré. Aquel día lloré tanto que salí a bailar con los ojos hinchados. Hice un solo que te dediqué a tí pero que nunca verás, me hice fotos con lo más importante de mi vida, pero siempre faltarás tú y salí corriendo.
Ese mismo verano me fui lejos pensando que podría dejar a 4.000 km todos y cada uno de los errores que había cometido en el pasado pero no fui capaz hasta que entendí que allá donde yo vaya vendrán conmigo. Porque son parte de mí, algunas veces me gusta creer que convivo con ellos y que los acepto, pero a veces es tan complicado mantenerlos a un lado que aparecen para tumbarme y presionarme el pecho.
Te escribo de nuevo para que, aunque sea egoísta, me recuerdes un poco. Para que sepas que aunque esté lejos no me voy, que espero verte pronto y verte feliz aunque no sea conmigo. Ojalá pudiese enmendar todos mis errores; Ojalá la presión que te provoqué a tí en el pecho se quede conmigo siempre y no vuelva a visitarte nunca; Ojalá vuelvas a verme bailar y por último, ojalá algún día puedas perdonarme y me recuerdes con todo el amor que yo todavía te tengo.
Nuestro siempre, no tiene fecha de caducidad.
Siempre me dijiste que era poesía pero no sabías que juntos lo éramos y que sin ti, no soy.