Algún día seré capaz de llamarte y leerte todas y cada una de las veces que te he escrito y lo he borrado. Me encantaría contarte cada uno de los momentos que hemos pasado separados pero que te he tenido presente. Una vez más te vuelvo a escribir y me vuelvo a leer contigo, eso no ha cambiado nunca.
Cada momento de mi vida se resume en un final: ojalá pudiera contártelo, siendo bueno o malo, siempre contigo. A estas alturas no espero que entiendas nada, ni que me permitas tenerte cerca o acercarme, lo único que hago es soñar con un futuro que le está costando mucho llegar.
Finlandia: te escribí más veces de las que puedas imaginar y algún día me encantaría contarte todos y cada uno de los momentos que viví aquel año porque como tú me dijiste sería el mejor de mi vida, y me hubiera encantado volver y decirte que sólo me faltaste tú para que fuera el mejor.
Valencia: primero de carrera fue un buen año, te busqué, te encontré, te eché de menos, me perdí y recé porque me encontraras o supongo que solo rezaba para que tuvieras la mitad de las ganas que tenía yo de encontrarte.
Segundo de carrera una completa mierda y te busqué, varias veces, en mi pensamiento, escribiéndote y en un momento duro de mi vida te encontré. No tuve nada mejor que hacer que llorar cuando terminé de hablar contigo.
Recuerdo aquel momento, en un lugar tan cotidiano como es un supermercado, me temblaron las piernas, el corazón y hasta el alma. Me metí en el coche y estaba deseando de salir corriendo a abrazarte, a decirte que quiero estar contigo y no separarme nunca de ti, pero supongo que ya hice suficiente daño en su momento como para seguir haciéndolo.
Tercero de carrera: estoy mejor, pero sigo sin ti. Sigo escuchándote en cada canción de Rels B, una vez alguien me preguntó que por qué lo escucho tanto, que me sé las canciones mejor que él mismo y no tuve el valor suficiente como para decirle que me hacían sentirte más cerca. Es como si cada vez que lo escuchara te escuchara a ti, en el coche con mi mano en tu pierna, tu hermana en la parte de atrás y volviendo de una semana increíblemente genial en tu casa. Recuerdo aquellos días como si fueran ayer y aún sigo reviviéndolos cada vez que vienes a mi cabeza.
Todos y cada uno de los momentos que he vivido estos años atrás, siempre he mantenido la esperanza de mantenerte conmigo. Siempre me dicen que tengo que dejar de vivir de recuerdos, que no puedo pretender vivir siempre anclada en el pasado, pero eso me mantiene con vida y para mí eso ya es bastante.
Seguramente ya lo sabrás, pero mi familia crece cada día más con el amor que recibimos. Laura y Juan se van a casar y Marta y Will también y yo me muero de ganas de decirte que quiero que me acompañes a sus bodas, que he soñado más veces de lo que puedo recordar que te cogería de la mano y lloraría en tu hombro de la felicidad de sentirme plena, sobre todo a tu lado.
Llevaba tiempo pensando en escribirte y ahora sí que sí, no creo que leas esto, pero como siempre te escribo por si algún día decides volver, o si algún día recopilo la suficiente valentía como para abrirme en canal dispuesta a todo contigo. No significa que no lo esté ya, sino que se que aún no tengo suficiente que ofrecerte, ahora mismo solo tengo en mis manos un par de libros y muchos recuerdos. Cuando me sienta lo suficiente, aunque sea un poquito, para ti haré lo que esté en mi mano para recuperarte. Tarde seguramente lo sé, pero tengo tanto dentro que contarte y que construir contigo, una vida nueva; dejando atrás todo lo malo que te hice, estoy dispuesta a todo por ti, a mucho más de lo que nunca he imaginado.
Feliz 6 cariño, contigo siempre. Porque nuestros siempres no tienen fecha de caducidad. PD: Algún día recogeré la valentía suficiente como para enseñarte todo lo que tengo para ti, te lo doy todo para que lo compartamos.
¿Te apuntas?