Hablamos
de "Navidad" como si todo en nosotros cambiase con estas fechas. En
parte si, en parte cambia, de manera que dejamos de mirar nuestro ombligo por
unos instantes y miramos a nuestro alrededor dándonos cuenta de que aquella
mesa que antes se nos hacía pequeña, ahora se nos hace grande. Comenzamos a
notar ausencias en la mesa. Miramos aquellas sillas libres en las que antes se
sentaban el alma de la familia. Pero están ahí. Vacías. Sin embargo ellos,
siguen con nosotros. Cantando villancicos y haciéndonos sonreír a cada segundo.
Aunque no estén en cuerpo, están en alma. Los sientes, los siento y lo siento.
Siento cada una de esas pérdidas, porque sé lo que es perder a un ser querido.
Pero por cada una de esas pérdidas, llega alguien que te saca esa sonrisa, que
te entiende, que te quiere.
Y
así nuestro corazón frío y astillado se vuelve un poquito más blandito dejando
paso, a una nueva etapa de la vida. Dejando atrás el pasado pero no olvidándolo
del todo. Dejarlo aparcado en un rinconcito del corazón, pero no olvidarlo
jamás. Por ello la Navidad es fecha de risas, de llantos de alegría, de
regalos, pero sobre todo de amor. De amor familiar y de amor verdadero. Es
fecha de saludar al nuevo año que nos espera y que ya ha comenzado. Por ello,
aprovechad cada segundo de vuestros días. Vivid como si hoy fuera el último día
de vuestras vidas. Porque hoy estamos aquí, pero mañana, ¿Quién sabe lo que el
destino nos deparará?
Estas
navidades han sido unas de las mejores de mi vida y espero que también las
vuestras.
Un besito y feliz día de reyes!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario