lunes, 13 de enero de 2020

Rutina.

Las vueltas a la rutina son una mierda.

Llevo ya año y medio aquí y cada vuelta desde casa es más difícil. No me gustan las despedidas, siempre lo he dicho, pero las despedidas con mi familia es lo que peor me hace sentir. Pensar que puede ser la última vez que vea a una de las mujeres de mis ojos aunque no quiera ni imaginármelo... duele. Despedir a los pilares de mi vida, sin ellos no estaría donde estoy hoy ni física, ni mental, ni emocionalmente. Gracias a ellos me hago un poquito más fuerte, pero yo no sabía que el proceso era tan duro. El salir de la zona de confort se hace más difícil de lo que pensaba.

Si de mí dependiera hubiera parado el tiempo en Córdoba, aquel maravilloso año donde me sentí tan plena. Aquellos momentos en los que no me sentía sola si tenía a alguien al lado. Sé que estos años me van a hacer crecer como persona y ya lo están haciendo, pero el simple hecho de sentirme así me hunde un poquito más.
El escribir me ayuda a que parezca menos, igual que eso que dicen que si decimos los problemas en voz alta parecen menos problemas, así. Aún así esto no me acerca a casa, ni a los abrazos de mi madre, ni a los besos de mi padre, ni a los ladridos de Georgia.
Les debo a todos y cada uno de ellos toda mi felicidad y ninguna de mis penas. Son ellos los que me sacan de estos pozos que creo yo solita. Son ellos por los que soy fuerte y me mantengo en pie. Siempre hay alguien que tiene más problemas que uno mismo, enfermedades, pérdidas de seres queridos, falta de recursos... Tengo la suerte de por ahora, no haber vivido demasiados. Mi familia me ha abierto todos y cada uno de los caminos que hoy tengo para escoger. Desde bailar hasta convertirme en veterinaria. Cada uno de los granos de arena que forman parte de la montaña donde hoy me encuentro la han labrado ellos junto a mí. Para que siempre obtenga lo mejor.

Después de unas maravillosas navidades me doy cuenta de que tengo mucho que valorar, tengo muchísima suerte de tenerlos cerca, de que seamos una familia tan unida y nos apoyemos en cada paso que damos. Aunque esto no signifique que lo hagamos todo bien. La perfección está en eso, supongo, en saber rectificar y reconocer los errores. Yo he cometido muchísimos y uno de ellos es no haberlos valorado cuando he tenido que hacerlo, pero hoy en día me doy cuenta de que son lo único que importa. Como dice mi madre, importancia a lo importante.

Estamos de paso en la vida, que hoy estamos aquí y mañana no lo sé, pero pase el tiempo que pase lucharé por lo que quiero para mí, para los míos y para mi familia. Quiero crecer cada día para estar un pasito más cerca de lo que quiero en un futuro, quiero ser la mejor versión de mí misma. Quiero que se sientan orgullosos de mí y disfrutemos de nuestra felicidad juntos, pero para ello tengo que hacer que estas nubes que se han instalado en mi cabeza se disipen para siempre. Lo necesito, por mí y por todas y cada una de las personas que me importan de verdad.


sábado, 4 de enero de 2020

...

Cansada de mi idas y venidas. Vengo para quedarme.

Estoy aquí.

Te espero.

viernes, 3 de enero de 2020

La nueva yo.

Leo, leí y te he vuelto a leer.

Te he vuelto a encontrar en cada página, frase y letra de todos y cada uno de los libros que pasan por mis manos. Te encontré en Jude,  en caótica, con Elvira, te encontré en Alejandro, en Gabriel y por supuesto también en Álvaro. Te imaginé conmigo en cada una de sus historias y que podrían haber sido la nuestra pero no conseguí eliminar aquellos fantasmas que sabía que me seguían.

Un año más ha pasado y empiezo un 2020 de nuevo decidida a cambiar por fin. 2019 me ha enseñado muchísimas cosas, presumo de aprender rápido pero no es bueno aprenderse a alguien de forma rápida. Por eso después de haberte encontrado en mi mente, en mis escritos y en los libros desde el día de nuestra despedida, hoy me doy cuenta de que he conseguido aprenderte despacio cuando no estabas a mi lado. Podría haberlo hecho mejor y habernos aprendido juntos, como un día soñamos. El problema ha sido que no me conocía a mi misma y que he tenido que cuidarme a mi y descuidarte a tí para poder conocerme y saber qué es lo que quiero para mi vida. Sabía que eras bueno para mí pero eso no me servía cuando yo sabía que no era buena para tí. El fin no justifica los medios. Ni lo hace después de tanto daño que te he provocado.

Una de las personas más importantes de mi vida, (si no la que más), me ha dicho que le parece bien lo que has decidido. No verme, queriendo o no, has decidido no verme y a ella le parece bien. Es increíble el cariño que te sigue teniendo después de tanto tiempo. Cada vez que hablo de tí no para de recordarme aquel día que viniste a sorprenderme, me despertó y me sacó de la cama con muchísima ilusión y no fui capaz de reconocer todo lo que me estabas dando y cogerlo para mí. Perdóname. Espero que algún día puedas hacerlo. 
Últimamente hablo mucho de tí con ella y el brillo en los ojos que le da al recordarle todas las cosas que pasé contigo solo lo he visto yo y mis hermanas en los momentos que sabe que estamos felices. Ella que ha dado su vida por la nuestra, hoy me dice que espere y que te de tiempo, que no fuerce nada, que si eres para mí lo serás.

Como perfectamente sabes que no me caracterizo por eso de ser paciente, hace un par de días de nuevo me acerqué a tí para ver si por casualidad aunque sea te apetecería tomar algo conmigo. Me da igual el tiempo que sea, con verte, que me cuentes como estás más allá de lo típico y contarte todo esto que me ronda la cabeza y no se como expresar, me conformo. Entiendo tu decisión, pero quiero que recuerdes que te espero. Como tú me dijiste un día que no te ibas, la que necesitó irse para conocerse fui yo. Pero ahora estoy aquí de nuevo mejor que nunca, liberada, segura y dispuesta a romper todas y cada una de las pompas que creé en su momento y que no fueron nada bueno para mí. Lo cual tendría que haberlo hecho siempre que me advertiste. Como ya he dicho, debí hacerte caso desde el primer momento porque solo querías lo mejor para mí y yo no fui capaz de darme cuenta de que lo mejor lo tenía conmigo, y por descuidarte te perdí. Por todo el daño que he causado, este año va a ser diferente. Poco a poco aunque no sea posible me gustaría arreglar todos y cada uno de los errores que cometí en su momento y no estoy dispuesta a perder a alguien que me importa por no haber sido lo suficientemente sincera, se acabaron las evasiones, los silencios y el pensar en voz baja. A partir de hoy voy a ser quien quiero ser, la mejor versión de mí misma. Si quieres, te lo muestro. 

Estoy aquí y voy a seguir estándolo, ya tenga que esperar lo que tenga que esperar. Sigo aquí. 

Te espero.