viernes, 3 de enero de 2020

La nueva yo.

Leo, leí y te he vuelto a leer.

Te he vuelto a encontrar en cada página, frase y letra de todos y cada uno de los libros que pasan por mis manos. Te encontré en Jude,  en caótica, con Elvira, te encontré en Alejandro, en Gabriel y por supuesto también en Álvaro. Te imaginé conmigo en cada una de sus historias y que podrían haber sido la nuestra pero no conseguí eliminar aquellos fantasmas que sabía que me seguían.

Un año más ha pasado y empiezo un 2020 de nuevo decidida a cambiar por fin. 2019 me ha enseñado muchísimas cosas, presumo de aprender rápido pero no es bueno aprenderse a alguien de forma rápida. Por eso después de haberte encontrado en mi mente, en mis escritos y en los libros desde el día de nuestra despedida, hoy me doy cuenta de que he conseguido aprenderte despacio cuando no estabas a mi lado. Podría haberlo hecho mejor y habernos aprendido juntos, como un día soñamos. El problema ha sido que no me conocía a mi misma y que he tenido que cuidarme a mi y descuidarte a tí para poder conocerme y saber qué es lo que quiero para mi vida. Sabía que eras bueno para mí pero eso no me servía cuando yo sabía que no era buena para tí. El fin no justifica los medios. Ni lo hace después de tanto daño que te he provocado.

Una de las personas más importantes de mi vida, (si no la que más), me ha dicho que le parece bien lo que has decidido. No verme, queriendo o no, has decidido no verme y a ella le parece bien. Es increíble el cariño que te sigue teniendo después de tanto tiempo. Cada vez que hablo de tí no para de recordarme aquel día que viniste a sorprenderme, me despertó y me sacó de la cama con muchísima ilusión y no fui capaz de reconocer todo lo que me estabas dando y cogerlo para mí. Perdóname. Espero que algún día puedas hacerlo. 
Últimamente hablo mucho de tí con ella y el brillo en los ojos que le da al recordarle todas las cosas que pasé contigo solo lo he visto yo y mis hermanas en los momentos que sabe que estamos felices. Ella que ha dado su vida por la nuestra, hoy me dice que espere y que te de tiempo, que no fuerce nada, que si eres para mí lo serás.

Como perfectamente sabes que no me caracterizo por eso de ser paciente, hace un par de días de nuevo me acerqué a tí para ver si por casualidad aunque sea te apetecería tomar algo conmigo. Me da igual el tiempo que sea, con verte, que me cuentes como estás más allá de lo típico y contarte todo esto que me ronda la cabeza y no se como expresar, me conformo. Entiendo tu decisión, pero quiero que recuerdes que te espero. Como tú me dijiste un día que no te ibas, la que necesitó irse para conocerse fui yo. Pero ahora estoy aquí de nuevo mejor que nunca, liberada, segura y dispuesta a romper todas y cada una de las pompas que creé en su momento y que no fueron nada bueno para mí. Lo cual tendría que haberlo hecho siempre que me advertiste. Como ya he dicho, debí hacerte caso desde el primer momento porque solo querías lo mejor para mí y yo no fui capaz de darme cuenta de que lo mejor lo tenía conmigo, y por descuidarte te perdí. Por todo el daño que he causado, este año va a ser diferente. Poco a poco aunque no sea posible me gustaría arreglar todos y cada uno de los errores que cometí en su momento y no estoy dispuesta a perder a alguien que me importa por no haber sido lo suficientemente sincera, se acabaron las evasiones, los silencios y el pensar en voz baja. A partir de hoy voy a ser quien quiero ser, la mejor versión de mí misma. Si quieres, te lo muestro. 

Estoy aquí y voy a seguir estándolo, ya tenga que esperar lo que tenga que esperar. Sigo aquí. 

Te espero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario