¿Cuándo te decides a escribirle a esa persona?
¿Cómo decides qué escribir a esa persona?
-Me han dicho que estás por allí! Qué tal?- No, va a saber que me han hablado de él y se nota que me interesa. ¿Debo mostrar interés? No no, no debo mostrarlo. Eso es lo que nos han dicho siempre.
-Holaaa! Cómo estas?- Tampoco porque va a saber que quieres algo, que te interesa por algo que necesitas, un favor.
-Hey! Cuánto tiempo!- Obviamente hace mucho tiempo, ¿por qué no le has hablado antes? Ridícula.
Nos enseñan a no mostrar interés, a pensar, repensar, y diría que sobre pensar cada paso que damos, cada intención que tenemos. A esconderlo por si se da cuenta, a no mostrar demasiado porque no puedes ser tú la que de el primer paso, a no ser atrevida, a ser misteriosa que si no se aburren, a que le intereses, a que te busquen, porque ¡madre mía! ¿cómo le vas a mostrar que le echas de menos?, o que quieres hablar con él, o que te interesa como está, o simplemente que lo quieras tener en tu vida.
Consejos vendo que para mí no tengo.
Me repito esta frase a diario y más en este aspecto. Nunca me he definido como alguien valiente, de hecho todo lo contrario, bastante cagona. Y ojalá tuviera la valentía que siempre he querido para ser capaz de hacer todo lo que quiero y todo lo que realmente siento. No paro de decir que ya llegará mi momento, pero ya veo que la procrastinación es lo mío. Así llevo años.
En las películas nos cuentan historias de amor, de finales felices, de cuentos de princesas donde el caballero andante te salva y no es así. Nadie ha venido a salvarte, ni nadie tiene la obligación de hacerlo. Simplemente hay que vivir, crecer (supongo). Es una mierda y está claro, pero es lo que hay. De pequeña siempre que me preguntaban qué quería ser de mayor, yo respondía que quería ser pequeña, veía a mi familia discutir, tratar problemas, papeles, dinero, trabajo... Yo solo quería ser pequeña, la inocencia y la ignorancia siempre fue mi mejor aliado.
Y aquí estoy ahora, pensando y repensando si debo hacer una cosa u otra, ojalá pudiera volver atrás y tener un poco de ese hacer sin pensar, actuar, ser valiente y un poquito más de autoestima. Pero eso se pierde con el tiempo, o al menos ha sido mi caso, si no lo refuerzas se pierde y desaparece. El problema es cuando la esencia, esa que tenemos todos y cada uno de nosotros se va con ese trocito que desaparece, simplemente se desvanece y cuando te das cuenta ya es demasiado tarde y tienes que trabajar x3 todo aquello con lo que habías nacido.
¿Merece la pena luchar por ello? O, ¿es mejor seguir con el "ya llegará"? Puede que llegue o puede que no, pero mi familia siempre me ha enseñado que a la suerte hay que ayudarle y no he llegado a donde estoy esperando sentada a que mi suerte "llegue". Me lleno de valentía, me levanto de la silla donde estoy sentada y actúo, puede ser que funcione o no, pero hay que intentarlo,
o eso dicen,
¿no?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario