Vuelvo al mismo punto de mira. Aquel donde empecé y al que siempre vuelvo.
Tumbada en esta cama recuerdo las veces que he imaginado, mirando por la ventana, como tu coche entraba en dirección a mi casa. A su vez, recuerdo aquel 27 de Junio cuando "perdiste las llaves de tu casa en mi piso", qué casualidad pensé. Con lo que me gustan las sorpresas no quise imaginarme que aparecerías allí para sorprenderme. Pero aún sabiendo que algo tramabas, me sorprendiste de verdad, como siempre cada vez más. Un post-it por cada escalón, una frase por cada canción y allí estaba el último. Casi llorando dudé un segundo al abrir la puerta y me encontré al hombre de mi vida con una rosa roja entre sus manos y esa mirada que siempre me ha derretido.
Noto como me late el corazón, creo que se me va a salir del pecho de un momento a otro, mis manos tiemblan, quiero pero no puedo, quiero pero no me atrevo, quiero, sé que soy capaz de eso y más pero el miedo al rechazo es mayor todavía. Estoy luchando contra una fuerza que me puede y no quiero que me venza. Estoy luchando contra mí misma y esa es la batalla más grande que por ahora he tenido que lidiar. Respiro hondo, releeo todas las palabras que hace un rato escribí y no soy capaz de enviar. Un día más. No me decido porque como sabes siempre fui la de las dudas infinitas. Hasta ahora. Hasta que mi corazón late más fuerte de lo que lo hacen mis pensamientos, desde que pongo el corazón delante de la razón y estoy convencida de que soy capaz de hacer lo que jamás me creí capaz. Estoy creando una versión mejor de mí misma y eso me apasiona y me aterra a la vez. Tengo que intentarlo, tengo que hacerlo así me cueste el corazón o el alma. Mi madre siempre me ha dicho: El no ya lo tienes, si no lo intentas nunca sabrás si en algún momento pudiste llegar a conseguirlo. Y quiero. Quiero que sepas que sigo aquí, no como antes, pero sí como nunca. He crecido y sigo creciendo, no soy perfecta pero he aceptado que tampoco puedo pretender serlo. Hay gente a mi alrededor que no me ayuda y poco a poco simplemente desaparecen, pero sí es verdad que los que se mantienen aportan y quiero volver.
Quiero volver a tí, a conocerte de nuevo como nunca llegué a hacerlo. Estaba tan centrada en el qué dirán que nunca llegué a mirar dentro de mí. Un día me dijiste que un amigo tuyo te dijo que yo era para tí, y a mi me lo ha dicho el viento y sobre todo lo escucho en mis adentros. Como si fuera una canción me despido, con el aliento cortado y esperando tu encuentro. No puedo esperar más, es mi momento, solo me queda preguntarte ¿crees que en algún momento será el nuestro?
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